Después de una intensa jornada laboral o tras hacer ejercicio, no hay nada mejor que darse una ducha relajante. Te quedarás como nuevo. Sin embargo, cuando nos duchamos cometemos una serie de errores que pueden pasar factura a nuestra salud. Por ello, en Farmacia en 24h queremos repasar los errores más comunes que solemos cometer durante la ducha para tratar de evitarlos. Coge buena nota porque seguro que algunos los cometes sin darte cuenta.
Errores cometidos al ducharnos
- Ducharse con agua caliente. Las duchas con agua caliente pueden ser muy agradables, sobre todo en invierno. Sin embargo, resultan perjudiciales para la piel. El agua demasiado caliente irritará la piel y, además, la reseca hasta el punto de llegar a picar. Otro efecto nocivo es que puedes eliminar los aceites naturales de la piel tan necesarios para su correcto mantenimiento. Tampoco es bueno ducharse con agua fría. Lo recomendable es usar agua tibia ya que mantendrá la piel hidratada, mejorará la circulación, estimulará el metabolismo y te sentirás más activo después de la ducha, entre otras ventajas.
Usar un gel demasiado fuerte. Los jabones demasiado fuertes son agresivos para la piel por lo que se corre el riesgo de eliminar los aceites naturales de la piel, aquellos que la mantienen hidratada y húmeda. En primer lugar, compra solo geles corporales que contengan activos que hidratan la piel a la vez que eliminan las impurezas. Y, en segundo lugar, os recomendamos comprar el gel en las farmacias ya que son los que respetarán y cuidarán la piel. Si tienes la piel seca, os recomendamos Eucerin pH5 oleogel de ducha para uso diario. No contiene colorantes artificiales ni agentes conservantes. Tampoco tiene jabón alcalino. Otra opción es Dermodian jabón líquido que mantendrá la piel en perfecto estado.
- Cuidado con la esponja. Si dejas la esponja dentro de la ducha, recuerda enjuagarla con agua caliente antes de usarla. Esto se debe porque la ducha es un caldo de cultivo de gérmenes y bacterias. Lo mejor es escurrir bien la esponja y ponerla en una zona donde corra el aire y no haya humedad. Además, se deben cambiar cada dos o tres meses. Por otro lado, el uso de la esponja debe ser individual al igual que el resto de artículos de higiene personal. Por último, evita frotar tu cuerpo de forma excesiva para evitar irritaciones y para mantener la barrera protectora de la piel.
- No hidratar tu piel. Ya sea por pereza o por olvido, cuando terminamos de ducharnos, nos secamos la piel y nos vestimos. Nos saltamos el paso de la hidratación. De hecho, es posible que solo utilicemos la crema hidratante una o dos veces a la semana. Esto es un error. Lo correcto es secarnos e hidratar la piel después de la ducha. Os recomendamos las hidratantes de Neutrogena: hidratación profunda y loción corporal reparación intensa.
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